domingo, 22 de noviembre de 2015

Crear nuestras propias respuestas: del automatismo a la creatividad

¿Cómo buscas en tu vida la felicidad?



Sólo fáltan siete días para celebrar nuestro próximo Café Filosófico (el último domingo de noviembre en el Mercado de la Tía Ni, en Sabarís-), en el que dialogaremos acerca de la felicidad.

Esta semana me acompaño del pensamiento de Antonio Blay y comparto algunas de sus reflexiones con vosotros:

Nuestra vida, dice Antonio B., está construida sobre la creencia adquirida de que son las circunstancias y las personas que me rodean las que hacen que yo sea feliz o desgraciado. Y el exterior, desde luego, me ofrece circunstancias agradables o desagradables, pero la respuesta que yo doy a esas circunstancias depende de mí, la puedo crear yo

Hemos edificado nuestra vida sobre la creencia de que es el exterior el que me está dando o quitando felicidad, plenitud, etc. Pero del medio ambiente, sólo recibimos estímulos, no recibimos desarrollo. El desarrollo sólo se produce a través de las respuestas que yo doy a las situaciones; y este proceso es un proceso que va de dentro a fuera. De modo que, no es lo de fuera lo que me desarrolla sino mi respuesta interior a lo de fuera. 


Estas afirmaciones nos harán fruncir el ceño a más de uno, si no nos producen incredulidad o risa directamente. En general, cuando preguntamos acerca de aquellas cosas que sentimos que nos faltan para lograr nuestra plenitud o para alcanzar un estado de plena satisfacción, dicha o felicidad, habitualmente respondemos con cosas que deseamos que provengan  o que se produzcan o modifiquen en el afuera. Es por esta razón por la que, en la mayoría de los casos, culpabilizamos a los demás o a nuestras circunstancias por nuestra infelicidad. Y es en virtud de esta creencia, también, por la que  de forma constante manipulamos nuestro entorno y a los demás para conseguir que me den lo que yo espero, necesito o quiero de ellos.

Antonio Blay explica cómo de forma muy clara e intuitiva advertimos y comprendemos, por ejemplo, que la fortaleza física se adquiere a través del ejercitamiento,  es decir, desarrollando y actualizando nuestro potencial muscular. Sin embargo, nos advierte de que, llamativamente, cuando se trata de nuestro potencial afectivo, por ejemplo, creemos que es al revés, creemos que tendré más amor en la medida en que los demás me llenen con su afecto, cordialidad y amor, cual si un de un depósito se tratara. Pero No tengo, dice Blay, ningún otro modo de llegar a un desarrollo de algo si no es mediante el ejercitamiento activo de ese algo.  Pero esto cambia de forma radical el modo de percibir nuestra felicidad, ya que: Siempre seré feliz con el amor real que yo dé, y no con el amor que reciboconcluye A. Blay.  Y lo explica:

Si quiero llegar a vivir una plenitud afectiva, el único medio que existe es que yo ejercite activamente mi acto de amar, mi acto de responder con gozo, con felicidad a las situaciones. Mientras yo esté esperando que el exterior me llene de satisfacción, me llene de amor, estaré esperando toda la vida en vanoLo único que me desarrolla es ese acto por el cual yo ejercito mi potencial.

Lo que nos ocurre, dice Blay es que nos resulta más fácil responder positivamente a los estímulos positivos y negativamente a los negativos, de modo que respondemos mecánicamente dependiendo de la cualidad de esos estímulos: si nos insultan nos enfadamos y si nos dicen que somos estupendos sonreímos y nos sentimos felices. De hecho, casi siempre nos enfadan, o nos contentan, las mismas cosas. Pero cuando estamos realmente despiertos, nos alerta Blay, nos damos cuenta de que en cada instante, ante la circunstancia que sea, yo puedo crear mi propia respuesta actualizando el potencial que soy y siendo auténticamente yo mismo. 

La plenitud que viene como consecuencia del desarrollo real del propio potencial es una plenitud irreversible, es una plenitud que permanece. En este sentido, existencialmente hablando, la única plenitud es la resultante de la total actualización del potencial.


(Bibliografía: Antonio Blay, Ser: Curso de psicología de la autorrealización)

Os espero a todos los que podáis asistir el domingo 29 de noviembre en el Mercado de la Tía Ni, en Sabarís (de 18:00 a 20:00 hs). La entrada es libre. 

Carmen Zanetti
www.carmenzanetti.es





















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