lunes, 23 de mayo de 2016


El sabio desnuda la verdad. El filósofo sin sabiduría la recubre, la empapela con palabras. (Cavallé, Mónica, La sabiduría recobrada: filosofía como terapia)

En nuestro imaginario la figura del filósofo antiguo está ligada al hombre sabio, pero la filosofía ha ido separándose del amor a la sabiduría para darle protagonismo a la razón discursiva y a su potencial especulativo.

Sin embargo, los seres humanos seguimos necesitando referentes de sabiduría, intuiciones con las que resonar, fuentes de luz que alumbren nuestra inquietud por el conocimiento de la realidad y que nos sirvan de inspiración cuando nos apremian las cuestiones más radicales de nuestra vida.

Únete a nosotros en el que será nuestro último Café filosófico de la temporada 2015-2016 (nos despedimos hasta septiembre). Os espero

miércoles, 11 de mayo de 2016



El pasado Café filosófico dialogamos sobre la autenticidad. Para introducir el tema leímos algún pequeño comentario de Carl Rogers y de Heidegger sobre la congruencia y la vida auténtica.  Y las palabras del filósofo alemán, acerca de la existencia inauténtica, de la impersonalización del "yo" (yo pienso, yo deseo, yo quiero) en favor del "se" (se piensa, se desea, se hace) dieron lugar a las primeras intervenciones.

- Reprimimos lo que somos por estar en sociedad. El "yo" se sacrifica en beneficio del "se", es decir, en beneficio de la integración social.

La primera cuestión que surgió, como veis, fue la de la compatibilidad o dificultad en la construcción y expresión de la propia autenticidad en el mundo de nuestras relaciones sociales. Y expresamos con nuestras voces la diversidad en nuestro modo de valorar esta relación

-La autenticidad con uno mismo no está reñida con vivir en sociedad. Nos podemos adaptar al entorno. Se puede ser auténtico y reprimirse porque valoro mi mundo de relaciones.

- Se pueden aceptar otras costumbres sin dejar de ser uno mismo. Por ejemplo, si viajamos a Kabul puedo aceptar temporalmente normas que no comparto sin perder coherencia


- Estoy en contra del "borreguismo" y a favor de la "oveja negra". Se puede ser uno mismo siempre, mostrándolo desde la apariencia exterior hasta todo lo demás.

- Es más importante el "se" que el "yo". El "yo" tiene tendencia antisocial 

Después, continuamos conversando acerca de la relación que tiene la autenticidad con la expresión del propio pensamiento:


- No decir lo que uno piensa no es necesariamente inauténtico

- ¿Y qué tiene de malo decir lo que uno piensa?


- No se es auténtico cuando se habla con palabras o ideas de otro

- Y pusimos sobre el tapete preguntas, lanzadas como flechas, que cuestionaron de forma directa la autenticidad real (no la teórica) de la vida de cada uno de los que estábamos allí

En realidad, ¿Quiénes de los que estamos aquí podemos decir que vivimos auténticamente? 

                    ¿Quién tiene el trabajo que quiere? 
¿Quién tiene la pareja que quiere? ...
(Y, entonces, como se suele decir, "pasó un ángel")

- A veces, no se puede tener el trabajo que uno quiere y tiene que aceptar otro, aunque se odie trabajar en él.


Entonces, ¿Con qué tendría que ver exactamente la autenticidad?


- El primer rasgo de la autenticidad es reconocer uno lo que está sucediendo. Reconocer lo que siento y quiero.

- Requiere un profundizar

- Requiere reconocer lo que siento y quiero, saber cuáles son  mis valores. El problema es que la sociedad me lleve a hacer cosas que vayan contra lo más propio. Eso colisionaría con la autenticidad.

- Lo importante es ser consciente de lo que debo ser. Para ser auténtico no necesito contrastarme con mi entorno.

- La autenticidad es un proceso. Se puede ser auténtico y cambiar de creencias.


- Ser auténtico es ser fiel a lo que uno piensa 

- La autenticidad es carencia de artificio (no hacer teatro). Tiene que ver con la veracidad y la honestidad con uno mismo y con los otros. Tiene que ver con la credibilidad. 

- La autenticidad tiene dos planos: uno ético y otro que tiene que ver con el conocimiento de uno mismo. Para ser auténtico hay que tener una edad (Y nos preguntamos sobre ello también, y surgieron valoraciones distintas: los niños también pueden ser auténticos, en realidad cuando nacemos somos pura autenticidad...)

- Hay que encontrar el valor o los valores que lo definen a uno y después defenderlos por encima de todo. La persona se hace auténtica si los defiende a toda costa

- Es algo que se percibe. Cuando hablo con alguien sé si es auténtico 

- Primero tendré que saber quién soy para saber si soy auténtico

Y continuamos y seguimos haciéndonos nuevas preguntas: ¿Para poder decir que uno es auténtico debe mantener su coherencia siempre? ¿Qué ocurre si en alguna ocasión traicionamos nuestra autenticidad?

- Una incoherencia puede hundir una vida de autenticidad.


- Gandi, en una ocasión se defendió de forma violenta... ¿Podíamos decir que aquel acto traicionó su incondicional defensa de la no violencia? ¿Dejó de ser auténtico por ello?

- En realidad, la autenticidad es un valor y, como tal, es un valor a alcanzar

Como veis, fue un diálogo plural construido con las aportaciones y las voces de todos los que estábamos presentes allí. El tema, interesante, donde los haya, nos apela a todos.
Al finalizar el diálogo, tomamos café, chocolate caliente, refrescos y un rico bizcocho artesano en la estupenda terraza en la que Nieves había preparado todo para nosotros. Y seguimos conversando de forma desenfadada y disfrutando entre amigos...  Gracias sinceras a todos por vuestra honestidad y vuestro generoso compartir. 

Os esperamos el último domingo de Mayo (día 29). Será el último Café filosófico del que disfrutaremos hasta la nueva temporada de otoño. 
Aún estoy pensando el tema...