miércoles, 22 de octubre de 2014

EPICURO: La filosofía como terapia del alma

Buenos días a todos:


Hoy quiero compartir con todos vosotros, de la mano de Epicuro y la filósofa contemporánea Martha Nussbaum,  la concepción de la filosofía como terapia del alma.


Aunque la práctica contemporánea de la consulta filosófica parezca novedosa, el uso de la analogía médica y del lenguaje de la enfermedad y la curación aplicado a la disciplina filosófica estaba muy extendido en la Antigüedad. Medicina y filosofía eran en la antigüedad medios para lograr el mismo fin, una vida libre de penas y enfermedades, artes prácticas cuya función será la curación de las enfermedades del cuerpo y los sufrimientos del alma respectivamente. El olvido de este periodo en la enseñanza de los clásicos proyecta una imagen distorsionada de la tradición filosófica y nos priva de argumentos filosóficos altamente clarificadores.


1. Para Epicuro, de la misma manera que de nada sirve un arte médico que no erradique la enfermedad de los cuerpos, tampoco hay utilidad ninguna en la filosofía si no erradica el sufrimiento del alma. La comparación de la filosofía con la medicina refleja la condición de ser una ciencia al servicio de la vida del individuo

Vana es la palabra de aquel filósofo que no remedia ninguna dolencia del hombre. Pues así como ningún beneficio hay de la medicina que no expulsa las enfermedades del cuerpo, tampoco lo hay de la filosofía, si no expulsa la dolencia del alma.

La filosofía bien entendida, entonces, no es sino el arte de vivir (téchne bíou), produciéndose un amplio y profundo acuerdo durante este período helenístico y romano en que la motivación fundamental del filosofar  es la perentoriedad de aliviar el sufrimiento humano, y su objetivo la eudaimonía, el florecimiento humano. Se deduce de este posicionamiento un compromiso de toda filosofía ética médica con la acción, pues el descubrimiento de lo que los seres humanos adolecen y de lo que necesitan es el preludio inseparable del intento de sanarlos y darles lo que necesitan. La analogía médica expresa este compromiso. 

           2. Para Epicuro, la creencia falsa es la raíz de toda dolencia, por lo que el arte curativo debe ser un arte del razonamiento capaz de enfrentarse a la falsa creencia y vencerla. Este arte  es para Epicuro la filosofía convenientemente entendida. Por eso Epicuro se compromete con la misión de asegurar la buena vida a todos y cada uno de los individuos: no sólo a los nobles, sino a los campesinos, las mujeres, los esclavos, incluso los analfabetos. La única misión propia de la filosofía es la curación de las almas, por lo que los argumentos destinados a otros fines se considerarán hueros. Un argumento válido, simple, elegante, pero no eficaz causalmente no tiene más utilidad en filosofía de la que un medicamento de bello colorido y buen olor, pero ineficaz, tiene en medicina[1]

La misión, pues, de los argumentos de la filosofía epicúrea es, ante todo,  la de actuar momo causas del buen vivir[2], siendo uno de los rasgos que caracterizan la filosofía de Epicuro, entonces, su finalidad práctica. Por tanto, para Epicuro la valoración de cada rama de la filosofía ha de hacerse teniendo en cuenta su contribución a la práctica, ya que si no contribuye a esta finalidad será vana e inútil.

Queridos amigos, el próximo miércoles volveré a estar con vosotros.
Saludos a todos y que tengáis una epicúrea semana.

Carmen Zanetti
www.carmenzanetti.es








[1] Nussbaum, La terapia del deseo, pag. 160
[2] Ibid
 







miércoles, 15 de octubre de 2014

La utilidad de la filosofía

Buenos días:

Me llamo Carmen y he creado este blog con la intención crear un espacio abierto a todos aquellos que os sintáis atraídos por la filosofía, en especial, por la filosofía entendida como "terapia del alma", como un saber que ilumina el arte de vivir plenamente la máxima expresión de lo que somos. Se trata de un espacio para todos los que compartís conmigo la philía por un saber que, desde sus comienzos, intenta responder a las cuestiones más radicales de nuestra vida y que favorece la iluminación de las sombras que acompañan mucho de nuestro sufrimiento cotidiano.
Cuando decidí matricularme en la Universidad para cursar la Licenciatura de Filosofía, mi entorno más cercano reaccionó, en general, cuestionando mi elección: “¿Filosofía?", dijeron. Constaté un descrédito generalizado hacia cualquier expectativa de utilidad de aquella nueva aventura que ya estaba decidida a comenzar. Si no me iba a ser útil en ningún sentido, entonces ¿Para qué me iba a embarcar en un camino de tantos años de estudio y esfuerzo? Sus comentarios llevaban implícita una afirmación que sólo mi hijo se atrevió a enunciar con radicalidad el día que le comuniqué mi decisión de matricularme en la universidad para comenzar la Licenciatura de Filosofía: "Haz lo que quieras madre, me dijo, pero que sepas que estudiar filosofía no te va a servir para nada; vas a perder el tiempo  y ¡el dinero!" 
Evidentemente yo tenía otras expectativas: ¿Cómo podía ser que la filosofía no pudiera ser de alguna utilidad para mi vida? La sentencia “Conócete a ti mismo”, ¿no era, acaso una sentencia filosófica? ¿Sería posible que la Filosofía no sirviera para aquello que ella misma alentaba desde tan antiguo?
Pierre Hadot hace de esta necesidad de mostrar a las personas la utilidad de lo inútil una tarea filosófica. Pero para llevar a cabo esta tarea, el filósofo francés repara primero en la necesidad de diferenciar entre dos sentidos distintos del término utilidad: la utilidad para acometer algún fin concreto y la utilidad entendida como proveedora de una sabiduría que le sirve al hombre, en tanto que hombre, es decir, como ser existente y pensante. ¿Es lícito, entonces considerar útil sólo aquello que sirve a determinados fines concretos y materiales? Si aceptamos como verdadera esta definición limitada de lo que es útil, entonces quizás tienen razón todos aquellos que piensan que la filósofía es un lujo, es decir, algo costoso e inútil.
La propuesta de este blog tiene que ver con esta tarea de demostrar que la filosofía, lejos de ser inútil es el más útil de los saberes. 
Escribiré una entrada semanal, de la mano de algunos de los filósofos que han tenido más relevancia o han ejercido mayor influencia en la reflexión y comprensión sobre algunos ámbitos o aspectos de mi propia vida. De este modo intentaré hacer aportaciones que sean de alguna utilidad en las vidas cotidianas de aquellos que decidáis haceros seguidores de este blog.

Hasta el próximo miércoles,

Carmen
www.carmenzanetti.es








miércoles, 8 de octubre de 2014

Evitar el sufrimiento inútil

Adquirir una conciencia más amplia sobre quiénes somos o creemos ser, sobre cómo nos relacionamos con los demás, sobre qué nos mueve a vivir como lo hacemos, qué cosas evitamos y cuáles deseamos, reconocer cuál es la naturaleza de nuestros conflictos, saber qué sentido le damos a lo que hacemos, qué valores hay en juego cuando tomamos decisiones, etc., puede ayudarnos a evitar gran parte de nuestro sufrimiento cotidiano.
Nuestro malestar, nuestra insatisfacción, los conflictos que vivimos en nuestras relaciones personales, una crisis vital o existencial, una decisión trascendental, etc. Cada una de estas experiencias puede ser una puerta de entrada hacia el inicio de una indagación filosófica que aporte claridad sobre la naturaleza profunda de las trabas con las que tropezamos diariamente y que tanto nos perturban. 
Modificar nuestro nivel de conciencia sobre los problemas que impiden que afrontemos nuestro día a día con un ánimo sereno, nos ayuda a que, poco a poco,  vayamos desenredando el entramado de inconsistencias que hay detrás de nuestras acciones.
El propósito de la consulta filosófica es ampliar nuestro foco, la adquisición de una mirada más amplia y elevada hacia lo que nos acontece para que vayan saliendo a la luz  las creencias que sostienen nuestra filosofía de vida personal, las motivaciones que guían las decisiones que tomamos y las actitudes con la que afrontamos las vicisitudes de nuestra vida.  Descubrir la falsedad de las creencias limitadas que están detrás de nuestras conductas y liberarse de las emociones y el sufrimiento que generan, hace posible que, de forma paulatina, nos vayamos desembarazando de buena parte de nuestros tormentos, y permite que, poco a poco, dirijamos nuestra mirada hacia una vida más auténtica, menos constreñida y más libre y creativa.

Carmen Zanetti
www.carmenzanetti.es