Buenas tardes queridos seguidores de este blog.
Hoy deseo compartir con vosotros un principio del filósofo y sabio Epicteto que puede ayudarnos en no pocas ocasiones a distinguir entre aquellas cosas que dependen de nosotros y aquellas sobre las que no tenemos control.
Nos dice Epicteto: La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Sólo tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entro lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior.
Según Epicteto, están sujetas a nuestra influencia nuestras opiniones, nuestras aspiraciones, nuestros deseos y las cosas que nos repelen pues Siempre tenemos la posibilidad de elegir los contenidos y el carácter de nuestra vida interior.
Sin embargo, el filósofo que nos ocupa hoy también nos proporciona ejemplos de aquellas cosas que son externas y que, por lo tanto, no deberían constituir parte de nuestras preocupaciones. Estas cosas, como el tipo de cuerpo que tenemos, el haber nacido en una situación económica o social determinada, las opiniones de los demás sobre nosotros, etc., no están sujetas a nuestra influencia, y según Epicteto, Intentar controlar o cambiar lo que no podemos tiene como único resultado el tormento.
Lo que nos viene a decir Epicteto, en definitiva,es que si pensamos que podemos llevar las riendas de cosas que por naturaleza escapan a nuestro control, o si intentamos adoptar los asuntos de otros como propios, nuestros esfuerzos se verán desbaratados y nos convertiremos en personas frustradas, ansiosas y criticonas.
En las próximas semanas iremos viendo poco a poco algunas de estas cuestiones para verlas un poco más en detalle y profundidad. Durante esta semana, quizás sea de ayuda comenzar únicamente por estar atentos a las situaciones que nos causan algún tipo de padecimiento y preguntarnos si dichas situaciones están bajo nuestro control o pertenece a los demás o a alguna circunstancia ajena a nuestra influencia.
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