miércoles, 5 de noviembre de 2014

Liberarnos de las creencias irracionales

Hola a todos:

Este nuevo miércoles de encuentro, quisiera continuar un poco más con el pensamiento de Epicuro, en concreto para detenernos en dos de las ideas que considero importantes para el propósito de nuestras reflexiones: 

            - La universalidad de la filosofía y
- La subordinación del conocimiento al propósito último de los hombres: una vida feliz (más adelante quizás podamos reflexionar sobre el significado filosófico de felicidad).

En cuanto a la primera idea, La Carta a Meneceo de Epicuro se abre con un llamamiento al cultivo universal de la filosofía, fundado en la relación indisociable entre filosofía y felicidad: Que nadie, por joven, tarde en filosofar, ni, por viejo, de filosofar se canse. Pues para nadie es demasiado pronto ni demasiado tarde en lo que atañe a la salud de su alma. La filosofía, nos dice Epicuro, sirve a todos; lejos de estar reservada a una élite de académicos que se expresan en un lenguaje inaccesible al común de los mortales, la filosofía, si es verdadera filosofía, ha de cumplir un papel eminentemente práctico que sirva a todos los hombres y mujeres, de cualquier edad y condición. Las preguntas importantes que atañen a la vida nos conciernen a todos y desde la infancia hasta el final de nuestros días podemos ejercitar el sano hábito de cuestionarnos acerca del mundo y acerca de nuestro modo de vida y la filosofía implícita sobre la que se asienta. A lo largo de la vida vamos modificando y ampliando nuestra conciencia al intentar dar respuesta a las preguntas radicales que conciernen a nuestra vida y a la realidad a la que pertenecemos y la filosofía y la sabiduría acumulada durante siglos nos ayuda en este camino de conocimiento y de autoconocimiento.

Respecto a la segunda idea, la subordinación del conocimiento a la finalidad de todo individuo: la eudaimonía, decir que esta idea, en ningún caso significa un menosprecio del estudio y la investigación de la realidad; de hecho, para que se produzca la liberación filosófica es necesario el conocimiento científico pues para Epicuro sólo el conocimiento real de la Naturaleza nos garantiza la auténtica serenidad de ánimo, la ataraxía. Es necesario, entonces,  para alcanzar la felicidad, el conocimiento de las causas reales de las cosas pues este conocimiento es el que libera al estudioso de los fantasmas irracionales, de las creencias angustiosas y de las esperanzas vanas. En resumen, podríamos decir que el epicureísmo no rechaza la theoría; antes bien, la ejerce de forma dogmática y sistemáticamente, pero este ejercicio se desprende, no de una sobrevaloración del celo teorético, no de un afán por la investigación y la especulación emprendidas por mor de sí mismas, sino de la exigencia de la vida misma en orden a su plenitud. 

Seguiremos ahondando en las próximas semanas en la reflexión sobre nuestra filosofía personal de vida, es decir, sobre las creencias implícitas que guían nuestras acciones y elecciones en la vida cotidiana; reflexionaremos sobre las emociones que esas creencias nos producen; intentaremos ver cómo de la interpretación de una determinada realidad o situación se sigue de forma necesaria una manera de actuar e intentaremos dilucidar la idoneidad o falsedad de los juicios que realizamos (seamos conscientes de ellos o no) cuando nos relacionamos con el mundo, con los demás y con nosotros mismos, en un afán por descubrir si podemos liberarnos poco a poco de nuestros fantasmas irracionales, de nuestras emociones angustiosas y de nuestros vanos deseos y esperanzas hueras. 

Que tengáis una semana libre de fantasmas irracionales,


carmen zanetti
www.carmenzanetti.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario